El hígado graso y una receta de ¿Lasagna o lasaña? No sé, pero ésta va a ser la hazaña de tu vida


:: Buenas y salsas gente linda, otra semana nos encuentra en el camino de la alimentación sana. Y justamente estos últimos días mucha gente me escribió porque creía que comer sano era sinónimo de aburrido, insulso y feo. Por eso antes que nada me voy al winco a poner un disco de pasta de “El club del Clan”, y mientras suena “Eso, eso, eso” de Los TNT caliento el agua para los matecitos de Pablito.
:: La pregunta es: ¿Por qué una persona de tan solo treinta años va hacerse un chequeo y le descubren que tiene hígado graso? ¿Por qué esa misma persona debe hacer una dieta estricta libre de grasas y llena de avena, fibra, semillas, etc.? Y para ir terminado con las inquietudes, ¿Por qué ese mismo individuo al realizarse otro chequeo médico y darse cuenta de que los niveles de “colesterol malo” bajaron decide volver a comer grasas saturadas y demás cosas? ¿Por qué?, ¿por qué?, ¿Por qué…? Hay cosas que no entran en mi cabeza, y ésta es una de ellas. Es posible que no sepamos comer sano, es posible que no nos alimentemos correctamente porque vivimos en un mundo donde “el correr para todos lados es normal” y también es posible que no le dediquemos el tiempo necesario a nuestra alimentación. Pero lo que NO ES POSIBLE es no aprender de los errores. Con esto quiero decir que cada uno puede decidir el qué come día tras día, pero cuando se le descubre una enfermedad tan delicada como tener “hígado graso” no puede mirar hacia el costado y seguir con su vida como si nada.
:: Por ejemplo estudios realizados por el Instituto de Medicina Interna en Hungría, demuestran que el 30% de las enfermedades hepáticas no son ocasionadas por el consumo de alcohol ni por la presencia de algún virus, sino por el exceso de grasa en el hígado. O sea, ¿siempre te preocupas por lo que comes?
:: Algunos de los principales factores de riesgo que se asocian al bendito hígado graso son:
La diabetes mellitus, el aumento de triglicéridos en la sangre, la obesidad, los cambios bruscos de peso (a causa de dietas sin control médico), o tener un historial familiar con esteatosis.
:: Por eso mis queridos “chichipies” (gracias TATO) los alimentos que comemos y el hígado están relacionados siempre porque todo lo que ingerimos tiene que pasar por este órgano tan importante antes de llegar a otras partes del cuerpo. Por este motivo tan básico la buena alimentación puede ayudar a mantener un hígado sano. O sea, a seguir con una vida sin estrés, más tranquila y divertida, y a seguir eligiendo lo qué comemos con el corazón y no tanto con los ojos.


:: Pablito Martín. Chef – Periodista.

:: Lasagna vegetariana


Valoración nutricional por porción según Clara B. Álvarez:
Calorías totales 553 kcal.
Proteínas 28 grs.
Carbohidratos 91 grs.
Grasas 13 grs. 
Además esta preparación es rica en: HIERRO, CALCIO, VITAMINA "C". 


INGREDIENTES (6 porciones)

Masa para lasagna                          1 paquete
Tofu                                                     250 gramos
Espinacas                                           1/2 kg.
Diente de ajo                                   2
Cebolla                                                1
Pimiento (morrón)                         1
Tomates                                             5
Orégano y/o tomillo                      Cantidad necesaria
Pimienta y sal                                   Cantidad necesaria
Semillas varias                                  50 gramos
Salsa blanca o bechamel              400 cc
Queso rallado                                   100 gramos
Aceite de oliva                                 2 cucharadas

PROCEDIMIENTO

Fijate la forma de cocción de la masa para lasagna porque algunas necesitan ser remojadas, hervidas, etc.
Cortá la cebolla y el pimiento en cuadraditos chiquitos.
Cociná la espinaca según te guste más: al vapor, salteada o hervida. Recordá que es una cocción de apenas 1 minuto. Cuando esté fría picala.
Cortá el tofu en cuadraditos.
Picá el ajo.
Cubeteá 3 tomates y los otros 2 cortalos en rodajas finas.
Tostá las semillas y molelas.
En una sartén o cacerola dorá la cebolla y el pimiento con aceite, pimienta y sal. Luego incorporale el ajo, la espinaca, el tomate cubeteado, el tofu, orégano y/o tomillo y cociná por espacio de cinco minutos. Apagá el fuego, agregale las semillas y rectifica la sazón.

Ahora es el momento de armar la lasagna: Primero prendé el horno para calentarlo. La idea es hacer una capa de cada cosa, por lo tanto en una fuente para horno poné una capa de masa, luego una de relleno, después una de salsa bechamel. Repetí la cantidad de veces que sea necesario. Por último te tendrá que quedar la capa de salsa blanca y por encima cubrí con las rodajas de tomate, el queso rallado y un poquito de pimienta.
Cocinalo en el horno (a temperatura media) por espacio de 10 a 15 minutos.

:: Pablito Martín. Chef – Periodista.

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